Día uno (III): Hep-five, las minifaldas y las escaleras mecánicas

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jueves, octubre 26, 2006

Día uno (III): Hep-five, las minifaldas y las escaleras mecánicas

Ahora mismo no tengo muchas ganas de escribir que digamos, pero se que si me apalanco corro el riesgo de dejar esto colgado... y no es plan, más aún con la gran cantidad de fans que me leen en secreto :D Tranquilos, luego os pondré un botón de paypal para que me hagáis llegar vuestros donativos, que se que lo estáis deseando pillines.

Sigamos.

A la entrada de la estación había un combini, en el que entramos para pillar algo que comer, que ya tocaba. Yo compré un sandwitch de lechuga, jamón dulce, queso y no se qué más, y una lata de café con leche caliente. Al ir a pagar, vi por primera vez el ritual que se sigue en cualquier transacción en japón.

¿Sabéis en los dibujos animados japoneses que, cuando el héroe de turno hace un ataque, necesariamente dice el nombre del mismo? Pues en Japón todo es así. Siempre dicen lo que están haciendo, informando en todo momento sobre el estado de la situación. Así, a la hora de pagar, la cajera, con una voz de pito que se te metía en las sienes, iba diciendo:

1) "Serán XXX yenes"
2) "Le tomo en depósito YYY yenes"
3) "Le cobro XXX yenes"
4) "Le doy el cambio de XXX-YYY yenes"
5) "Muchas gracias"

Esto te lo dicen invariablemente vayas a dónde vayas :D... si, ralla un poco pero al final te acostumbras. En este pais, es fácil acostumbrarse a este tipo de cosas, y cuando faltan, se echan de menos.

En un principio, tenía previsto albergarme en casa de Marquitos hasta el Domingo, pero no conté con que él el lunes regresaba a España desde el aeropuerto de Narita, cercano a Tokyo, con lo que el Domingo tendría que estar allí y yo, por lo tanto, no iba a poder estar albergado en su casa. Así que no quedaba más remedio que ir a buscar algún sitio para aquel día.

Al salir a la superficie, me sentía como Paco Martínez Soria o Alfredo Landa haciendo de paletos, mirándolo todo: los carteles verticales, el ominpresente banco de Tokyo-Mitsubishi, más tiendas de comida, combinis, bicicletas y, para mi sorpresa, menos coches de los que me esperaba para una ciudad como Osaka.

Íbamos a ir a preguntar a un Youth-Hostel que marquitos conocía, cercano a la estación de Osaka de JR. Nos metimos por algunos recovecos cuyas rutas me veo incapaz de reproducir, hasta que llegamos al sitio. Estaba cerrado, y no había señal de que siguieran en el negocio, así que dimos media vuelta a buscar otro sitio.

Fue entonces cuando Marquitos me dijo, "ven, que te voy a enseñar algo bueno"... y nos dirigimos a un centro comercial llamado HEP-FIVE, cuya principal característica era el de tener una noria incrustada y... muchas tiendas de ropa, música, cafeterías, más tiendas de ropa, tiendas de complementos... y MUCHAS CLIENTAS, con faldas muy cortas.. y muchas escaleras mecánicas. Ufff... es recordar lo que veía por ahí y aún ahora, mientras escribo estas lineas, me pongo malo.

No se si he hablado hasta ahora de cómo van vestidas las japonesitas ahora. De siempre, las chicas japonesas le han sacado mucho partido a las piernas, ya que es bien conocido que la mayoría no andan sobradas de busto... aunque eh, cuidado que lo que tienen tampoco es despreciable eh. Pues eso, lo que parece estar de moda es llevar unas especie de medias negras hasta la altura de las rodillas (o en su defecto, botas altas), y luego, o bien unos pantalones cortos que tapan un tercio del muslo o menos, o minifaldas, de modo que dejan la parte justa de muslo al descubierto como para coger y hacerles ¡ÑAAAAMMM!. A mi al menos me pareció que era más utilizada la opción de pantalones cortos que la de minifalda, pero de todos modos... ufff.

Pero ahora viene la parte dolorosa: casi todas llevaban zapatos de tacón. No es que tenga nada en contra de los zapatos de tacón ni que les quedasen mal, más bien lo contrario... el problema está en que la gran mayoría de ellas, no sabían caminar con ellos. En serio, parecía que caminaran mal a propósito, como si parecieran patos o intentaran imitar la forma de caminar de un bebé o algo. Pero eso no es todo; muchas japonesas tienen las piernas con cierto grado de torcimiento, no se si por razones genéticas o qué, pero es así. Pues bien, ver caminar a una chica, con las piernas torcidas y además pisando huevos era todo un sufrimiento. Parecía que en cualquier momento fuera a tropezar y a matarse. Todo lo sexy que podría estar si se quedara quieta, lo perdía con el movimiento.

Otra punto a destacar de las chicas japonesas es el maquillaje. Desde mi punto de vista, me da la sensación de que abusan mucho del bote, y esto no se si es origen o remedio de algunos problemas cutáneos que presentan algunas. Ah, y respecto al maquillaje, no tienen miramientos en retocárselo estén donde estén. Siempre llevan consigo, dentro del bolso, un espejo para retocarse cuando a ellas les viene en gana, estén en el tren (de pie o sentadas), en una cafetería, en un semáforo... supongo que lo hacen en algún momento que se sientan inseguras y quieran comprobar su aspecto, por ejemplo si se sientan delante de un pedazo de tio tan atractivo como yo.

Por último, comentar el pelo. Parece que el teñirse de rubio platino ha ido pasando de moda, pero aún así se siguen aplicando algo de color, castaño/cobrizo que les queda bastante atractivo :). A veces también se moldean un poco el pelo, muchas veces para parecerse lo máximo posible a la artista o a la modelo a la que más se asemejen... vi muchos clones de Gomaki, por ejemplo :D:D

Pues nada, mientras iba observando todo este panorama llegamos a un Starbucks que está en el ¿último? piso, a los pies de la noria. Allí ya, las niñas que se veían eran el apoteosis XD ufff... Ambos nos pedimos sendos Frapuccinos de Maccha (te verde japonés) que estaban muy buenos, más aún viendo el ambiete que nos rodeaba y que nos miraba con ojos libidinosos. Nos sentamos en el centro de todas las mesas, para ver mejor y poder ser mejor vistos :D. Detras mio se sentaban unas chicas que planeaban viajar a Italia y, con la excusa de estar desplegando planos y tal, no dejaban de tocarme y de decirme "ah, soly" (sorry). Yo las dejaba hacer, criaturitas...

Pues en medio de todo esto, me volvieron a entrar ganas de ir a visitar a Toto-san... pero eso lo dejaré para el próximo capítulo :D

Sufrid sufrid ^^

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